La mente
Qué recovecos ocultos.
Qué tormento tan extraño.
Qué carencia de lo humano.
La mente.
Que todo conoce y sigue siendo una total desconocida.
A ti... que piensas tanto,
que conoces el oscuro de la noche,
que caminas a paso suave tras la presa que calla sin reproches.
Que las tomas, que la dañas,
que la haces sufrir por una causa,
que la gozas, que la engañas,
que te sientes vivir cuando la matas.
A ti... querido amigo...
Que te haces justicia por tu mano
que te llenas, te motivas
y con ello a ti mismo te haces daño.
A ti te he dedicado estas letras,
porque sé que me lees y me sigues,
Aun así, te expongo el sentimiento,
que nada duele más que la nada,
y tú me haz hecho sentir en su momento,
perseguida, buscada, amada.
Gracias...
porque aunque suene extraño,
la presa necesita del verdugo,
pues sin él... su vida sería vana.
Cerebro, piensa, tortúrate y maquina
que yo he mirado muertos parados en mi esquina,
muertos que dan los buenos días,
y monótonos que escriben poesía.
Qué dolor tan intenso,
que no hay dolor que duela más que esto,
querer matar a un muerto que respira,
mente.
Recovecos...
Andrea
No hay comentarios:
Publicar un comentario