Habían sido las preguntas que yo hiciera,
de esas donde no sé del mar ni sus mareas,
donde arden todos los insomnios de mis libros,
esas preguntas que a una musa nunca se le hacen para
poder vivir en los poemas,
donde ella guarda un ave que canta en su garganta y
conversa siempre conmigo en su eterno vuelo,
y yo le hago preguntas como
lanzando mis redes para recordar su aliento,
como si ella fuera una mano que
suelta a la otra para entender la rienda,
y le hago preguntas para entender su cabello infinito,
para enterrar mis miedos en él cuando lo alcance.
Pero quién es esa musa que es mía,
si acaso yo mismo disfrazado de
ensueño,
acaso distancia de todas las voces que tengo.
Pero quién es mi musa como un
poema enterrado en el viento,
como una ciudad que duerme y
sólo ella camina en mis calles desiertas,
y yo sigo haciendo a ella preguntas,
como dije,
lanzando redes al viento,
atrapando mis propios poemas que
aún no han nacido para
regalárselos sin ninguna respuesta...
..:: MAuro ::..
31/08/2013
3:48am
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