del poemario Oceánica
Esa sensación de traducirte en
los sueños que me dictas,
como si montaran tus palabras en
caballos soñados,
algo así siento,
como si de pronto fueras tú misma reflejada,
allá fuerte y transformada de yegua que
corre libre de sus yerros,
pero no estás sola, me
murmuras mientras duermes,
mientras corres.
Es todo el mundo una carrera en
lo imposible de
los ojos dominados por sus sueños.
Corres contra otros, y eres yegua,
y con otros y eres oro,
tesoro que se escapa de la vista,
y tus manos mientras sueñas se
deslizan,
y tu cuerpo cae dentro de
una almohada de recuerdos que
vigilan lo
que ocurre en tu mente adormecida.
Una carrera es lo que eres,
una que se rompe en cientos de
corceles muy distintos,
en carruajes tirados por esfuerzos,
en caballos viejos y silentes,
pero ya llegas a la meta lo susurras,
que ya llegas con el Sol,
y tu reflejo me aparece en
miradas nobles de caballos,
lo imagino.
pero reparo en un corcel,
en un ojo suyo que me mira,
como si fuera una perla negra que
se esconde entre tus manos...
..:: MAuro ::..
04/07/2013
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