Hola,
a veces me pregunto si moriste en una divagación,
si en algún tropiezo el cuerpo venció al
alma y cayó hacia otra parte,
en un suelo nuevo de
vacíos entre respiración y respiración,
como si un vientre lanzara golpes ocultos,
como si se asomara un cíclope sin preguntar por su padre,
pero puedes detenerte y salir a lanzar las palabras que
caen y se hunden en la tierra para
buscar sus demonios, y al salir a la superficie, a envenenar los ojos,
o algo así.
La tarea es clara y sensible,
lanzas tus brazos al equilibrista que
conoce tus secretos y
el cuerpo cae como un regalo para un niño,
y en ese instante en que se tocan y desapareces de ti.
Ya no importa si es el otro o eres tú,
todo depende del motivo del miedo en la caída,
tu vida en un pretexto para que
la muerte se sienta útil y
el tiempo no se aburra de ti.
Y te quedas como un otro esperando y esperando,
mientras el sol se viste de negro y
se hunde en otra alma hasta el siguiente día...
..:: MAuro ::..
07/11/2014
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