del poemario Oceánica
No habemos de tener ni
el tiempo ni el temor atus eneros,
ni a los enteros comienzos de los
mares que perfilan hoy tu cuerpo,
porque has de ser de
agua como siempre, y
en la sal de algún
momento que te
apena, recuerdas que
tus brazos y tus
piernas son los ríos de todo lo
que importa.
Porque todo es recorrido en
tus venas como besos,
aquellos que llegaron navegando a
encontrarse con tus miedos.
Y abre un delta entonces en
el centro de tu pecho, y
aparece en el aire una
ballena rebelde que
se eleva entre las otras.
Yo la veo navegando, y
cuando vuela, luego cae entre
las aguas que regalan las
olas que te duelen.
Y ella escarba insidiosa en
ese mar con los celos que te guarda,
y se vuelve tus latidos y un
corazón que hace sufrir.
Y yo le canto y la cazo con el verbo,
y la añoro con el vuelo de
mis manos.
Pero también la quiero sin saber de
arpones de palabras,
porque es mansa si la
pienso como hembra.
Porque un enero calmado al
filo del sol me lo contó,
porque un atardecer se
llevó su rebeldía y su reflejo,
porque se ahogó de ira dentro de ti...
..:: MAuro ::..
26/09/2013
9:52am
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