del poemario Medusa
Solo el instante en que nos vimos
en que el café de tus ojos y
una chalina te abrigaba,
no era ti a quien buscaba mi
curiosidad enmudecida,
era el pretexto de un
encuentro que yo no conocía pero
sin saber
necesitaba.
Se nos fueron sucediendo los
momentos como
un amanecer inevitable,
como una noche prometida,
como el destino que a todos
nos gobierna,
y aquí estamos,
yo llamándote amor de nuevo
como un grito que me confiesa sin
más testigos que mí mismo,
dónde andarás tú,
seguramente en todas partes
dueña secreta de mis besos
madre de todo lo que quiero,
dónde andarás tú,
seguramente acurrucada en
otro pecho,
reina de las promesas de mis miedos...
..:: MAuro ::..
15/07/2011
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